Mapas de otro planeta
Sábado 16 de agosto de 2008
Llegamos a Portonovo (otro Portonovo) a eso de las once de la noche, después de rodar con nuestros huesos por la aldea del abuelo, Vilar de Ferreiros, en la Galicia profunda, donde vemos la capillita de San Roque donde hacía de monaguillo. Y más santos, o non sanctos: paramos en Santiago de Compostela, donde había que abrazar al apóstol, o a Prisciliano, o a quien sea que allí yaga o yaciera. Y nos diluvia por el camino, y vemos muchas vacas y muchas carreterillas laberínticas, y muchos eucaliptos y muchos sitios con nombres repetidos, como decía Giles Tremlett en Ghosts of Spain: "The result, however, is that, as you meander, lost, through pastures and eucalyptus groves, you can find yourself passing through such delightful sounding places as Goo, Zoo, Pin or Bra" (379).
Y hasta cambiamos el aceite de nuestro sufrido coche, pues lo habíamos agotado totalmente según costumbre, y ya iba renqueando. Y más carreterillas y más vacas:
Ivo—Mira, vacas de las de mapa.
Oscar—Sí, a ver qué mapas son... Hum. Son mapas de otro planeta.
Y aunque no consultamos mucho el mapa (que tampoco es que sea fiable) acabamos llegando. A Portonovo, digo, y diluviando. Qué sitio es ese, mañana lo veremos.
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