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Vanity Fea

In My Dream

In My Dream

Esta noche, por cierto, he soñado que, dando una excusa para no acompañar a alguien, decía que tenía que ir a denunciar que me habían robado un coche. Y de repente, en mi sueño, caía en la cuenta, con sorpresa y alarma, de que la excusa era cierta, que yo tenía, de hecho, un coche, en el sueño un Morris MG 1300 naranja, y me lo habían robado, o por lo menos había desaparecido, no había pensado en él en años, y ahora resulta que no lo tenía. Y es más, no sólo me habían robado el MG, sino también dos (¡dos!) seiscientos amarillos. Que tenían unas bandas de esas que les ponían antes a los coches de rallyes, a cuadraditos blancos y negros... Y, acompañado por un inspector de policía, examinaba yo desde unas plataformas en la montaña todos los coches que se movían por el fondo del valle de Biescas, y sí que había algún seiscientos amarillo, pero no dos, y no era el que yo buscaba. Al final encontraba uno de ellos aparcado en un patio, lleno de cajas amontonadas, de una casa por la que me veía obligado a pasar (pasaba por allí el camino del monte) aunque no quería que me viesen, hace tiempo que no iba por allí, pero no me prestaban mucha atención. Allí fue a parar uno de los seiscientos. Lo curioso es que el que era coche de rallyes, aunque sin bandas a cuadritos blancos y negros, era el Morris, porque al despertarme sí que he recordado que, efectivamente, en tiempos llevaba yo un coche de esos, un Morris MG 1300 naranja que por cierto casi acabó en el fondo de un barranco en un susto y una mala maniobra que hice, allí también me desperté a otra realidad. Ubi sunt. Nuestros sueños nos descolocan de repente usurpando la realidad, dejándonos caer por una puerta falsa de repente, superponiendo lo que fueron nuestras realidades, y todas parecen virtuales, such stuff as dreams are made on.

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